lunes, 9 de octubre de 2017

Barcelona: masivo y plural 8 de octubre



El mantra del "poble catalá" unívoco ya es historia. Con la manifestación de Barcelona, el maximalismo no inocente al hablar en nombre del pueblo catalán, de manera totalizadora, ha muerto. También los que hablan en nombre de España, de la misma manera. Parece que la persistencia de las caceroladas independentistas ha acabado por despertar a la mayoría silenciosa. Algo han tenido que hacer mal, porque ayer en Barcelona se expresaba sobre todo mucho cabreo contra el descerebre independentista.

Los pueblos, afortunadamente, son diversos y plurales aunque todos los nacionalismos, también el españolista con esa visión tan monolítica de la realidad, pretendan uniformarlos, homogeneizarlos para poder controlarlos. 

Confieso que dudé en asistir a la manifestación de Barcelona por sus connotaciones sectarias procedente siempre de los mismos y que además, algunos, encabezaban la manifestación. Confieso que fue la anunciada participación de Borrell y Villarejo quienes definitivamente me auparon a la misma. ¿Si ellos estaban por qué razón no lo iba a hacer yo?. Confieso que me hubiera gustado que las fuerzas de izquierda hubiesen apostado por ella. Confieso estar huérfano de izquierda política y social que me facilite un marco de referencia para movilizarme en un aspecto tan importante como es el respeto a nuestro marco constitucional.Tan solo, Coscubiela con su pronunciamiento en el Parlament me hizo recuperar la esperanza en una izquierda que, hoy por hoy, me resulta inútil por sus complejos y entreguismo.

Ahora, el independentismo intentará desvalorizar esta movilización pero considero que ya nadie podrá utilizar el nombre de Cataluña en vano; tampoco ellos. Ayer, se le dijo al independentismo que la espiral del silencio ha acabado y que otra Cataluña, diferente a la suya, es posible, aunque espero que no sea su anverso españolista y casposo. 

Si alguna palabra puede definir la manifestación del ocho de octubre en Barcelona es el de la trasversalidad. Cometería un grave error la derecha si pensase que toda la gente que asistimos a esta manifestación estamos en su órbita electoral. Había un perfil de manifestante que pudiera pertener a cualquier partido del arco parlamentario; otra cosa es que unos quieran patrimonializarla y otros hayan cedido su espacio político en la cabecera. 

Ayer quedó explicitado que hay otra Cataluña, con sus identidades, con su historia afectiva ligada a otros pueblos de España. Hay al fin otro relato posible expresado contundentemente para seguir unidos. Pronto, tendrá que venir una necesaria modificación de la constitución con un modelo territorial que tendrá que resolver el entronque de Cataluña en España pero que también tendrá que resolver las asimetrías de las comunidades autónomas norte y sur dentro del estado. Y a partir de ahora, "votar para ser libres", pero legalmente y cuanto antes, porque aquellos que se muestran beligerantes en una permanente confrontación, para tapar sus vergüenzas, puede que sean el verdadero problema de España. "Hablen o apártense" (J.M. Serrat)

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