martes, 13 de diciembre de 2016

Sobran razones para un Plan Extremadura

                                                            "Miradas Perdidas" en el Valle del Jerte (Extremadura)



Sobran razones para un Plan de inversiones productivas en Extremadura, con el que definitivamente podamos alcanzar una convergencia con la media de España. Los desequilibrios Norte-Sur se amplifican.

La Crisis, que ha vapuleado y lo sigue haciendo, a los más vulnerables, también lo ha hecho con la regiones y las empresas más débiles. La brecha en tasa de desempleo entre comunidades autónomas ricas y pobres ha aumentado, y el Informe de Funcas, en sus "Previsiones Económicas para las Comunidades Autónomas" es contundente con esta realidad al afirmar que:  “los extremeños tendrán el triple de probabilidades de estar en paro que los navarros  en 2.017”. Paradójicamente, el Ministerio de Empleo viene distribuyendo los fondos en políticas activas de empleo en función de objetivos de inserción conseguidos; como si las condiciones objetivas para la creación de empleo fueran las mismas en unas regiones que en otras. 


Con el Gobex de Monago, 2012-2015, las transferencias del Estado, para políticas activas de empleo fueron de 200.330.000 millones de euros, mientras que en el periodo anterior 2008-2012, ascendían a 426.230.000 e. Así, nuestra región sufrió, nada más y nada menos que un recorte de un 53%, fruto de un delirio neoliberal que nos llevó a alcanzar, en el primer trimestre de 2013, el dato histórico del 35,56% de tasa de paro, con 181.600 personas en paro. Recientemente, el Gobierno de Rajoy niega a Extremadura un Plan de Convergencia de 460 M/euros, por falta de dinero, al mismo tiempo que hace una rebaja de 500 M/e al cupo vasco.

Otro dato a tener en cuenta para reclamar un urgente Plan de Inversiones es que en el  periodo de 2007 al año 2011, la media de inversión rondaba los 600 millones de euros al año y, por el contrario, desde el 2011 ha estado en torno a los 200 millones de euros. No se trata de pedir algo que no sea nuestro, sino aquello que nos fue arrebatado.

Solo estos datos servirían para reclamar un Plan de Convergencia para Extremadura a aquellos que primaron políticas austericidas y transfirieron rentas del trabajo a rentas del capital. Pero sería conveniente apuntar razones de carácter estructural que son determinantes en la exigencia de ese apoyo del estado para asegurar nuestro futuro:


1º El nivel de envejecimiento de Extremadura es de los más alto de España y a su vez, nuestro país tiene el índice más alto de Europa, situando a nuestra Comunidad con un problema demográfico que determinan nuestros costes sanitarios y la futura sostenibilidad de nuestra economía. A no ser que la solución final sea hacer de Extremadura un privatizado geriátrico.


2º Solo en el periodo de 2011 a 2015, más de diez mil jóvenes han emigrado de Extremadura. A pesar de ello, seguimos presentando una de las tasas de paro juvenil más alta, no solo de España, sino de toda Europa. Cerca de cuarenta mil jóvenes extremeños, entre 16 y 30 años, no encuentran ninguna expectativa vital a través de un empleo decente. 


3º Una nueva ola de emigración, selectiva y con perfiles universitarios, profundiza en la descapitalización social y competencial en nuestras empresas. Esto, unido a índices de fracaso escolar que correlacionan con desigualdad, niveles de pobreza, precarización de las condiciones laborales,... requieren de una implementación en políticas cualificadoras.


4º La Estrategia Europa 2020 plantea la necesidad de dar respuesta a los déficits estructurales con medidas inclusivas para todas las regiones europeas. La misma, plantea que el 74% de personas entre 20 y 64 años estén trabajando al final de esta década. Un cálculo rápido nos lleva a tener que aumentar nuestra población activa en más de cien mil personas para cubrir ese parametro. Y ello, no podremos conseguirlo con el esfuerzo único de los extremeños y extremeñas.

5º Extremadura, nunca ha tenido grandes empresas, a las que de vez en cuando, el estado inyectase financiación en épocas expansivas o en las de "vacas flacas", ni sectores productivos que desmantelar con alternativas financiadas. Tenemos, respecto a la distribución de la tierra, fruto de una historia propiciada y no resuelta, una población jornalera a la que hay que ofrecer una solución digna y justa. ¿Cuanto tiempo vamos a seguir soportando la ignominia de ser insultados por aquellos que solo pretenden consolidar ventajas territoriales?.

6º Las previsiones de crecimiento para 2017 nos indican que  Extremadura  está a la cola de todas las comunidades autonómas, incidiendo en la divergencia.



Y cuando se habla de Inversiones publicas en Extremadura, algunos como J. Carretero, Ex Secretario General de CCOO, ya adelantaba cifras: 3000 millones que restan en la linea AVE para esta legislatura. No sirve poner vías si no se compromete la electrificación Madrid-Badajoz y Badajoz-Puertollano en doble vía. 



Resolver estos "cuellos de botellas" son responsabilidad de un estado que quiera resolver las deudas históricas con Extremadura. Porque nuestros "hechos diferenciales", unidos a los déficits en infraestructuras y comunicaciones, no se resuelven con caridad y migajas, sino con financiación que equilibre territorios, aunque sabemos por nuestra historia, que siempre hubo prioridades nacionales y "autopistas quebradas" que rescatar. ¡Tendremos que lucharlo!.









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