jueves, 24 de noviembre de 2016

Antonio Catalán, no es un filántropo




El presidente de AC Hotels by Marriott, Antonio Catalán, no es un filántropo. Por sus declaraciones debe ser un empresario inteligente que tiene la capacidad poco común en nuestro país, de no matar la "gallina de los huevos de oro". Ganar menos a corto plazo para asegurar el negocio en el largo. Imagino que es de esos empleadores que sienten el peligro en el cogote del "dumping social" que sufre el mercado de trabajo y más específicamente su sector, el hotelero. Pensando así, no es de extrañar que "no se sienta representado por la CEOE", porque hace una secuenciación lineal, con una lógica aplastante, cuando enlaza salarios dignos con cotizaciones a la S.S., y éstas con la capacidad de éste país para posibilitar pensiones y servicios públicos y a su vez asegurar una capacidad de consumo.

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, la Ministra de Empleo, Fátima Báñez o el Gobernador del Banco de España, Luis M. Linde, han recibido con las afirmaciones de éste, toda una enmienda a su degradante totalidad, desvalorizadora del trabajo ajeno, de su reforma laboral regresiva, o de su salario mínimo interprofesional indecente e insostenible. 

En una mediática narcotizante, que un empresario hable de "explotación", "externalización" como herramienta para la creación de empleo indecente es toda una declaración de intenciones de un sector del empresariado que debería levantar la voz frente a aquellos que ponen en riesgo sus negocios y los empleos de calidad y que sin embargo son cómplices de otra posible burbuja. 

Que Antonio Catalán ponga el acento en el peligro de las "subcontratas", que centre la sustantividad en la responsabilidad ineludible de los empleadores de generar "más y mejor empleo" y no en una legislación ventajista para la especulación, es síntoma de inteligencia social, económica y ecológica. Cuando el diferencial que se pone encima de la mesa son las "personas y su felicidad", siendo clave la "formación", entonces estamos hablando de valor añadido para salir de la crisis. 

Estoy convencido que Antonio Catalán no es un filántropo, más bien es un empresario que quiere situarse como una de las cuatro marcas de referencia hotelera que quedarán en un futuro próximo. Y sabe que es éste el momento para ser la referencia en el sector, dada la inestabilidad de países como Túnez, Egipto o Turquía. La bagatela desaparecerá tan pronto se resuelva el conflicto de Oriente y volveremos a oír a hablar de cambio de modelo productivo por aquellos que están empeñados en perpetuarlo. 

Un empresario que da las claves para enfrentar la "turismofobia", aumentando plantillas, mejorando los circuitos culturales en nuestra cultura milenaria, que denuncia la dictadura de los turoperadores y reclama la negociación colectiva con subidas salariales, es un empresario que apunta a las soluciones a un turismo de mochila. Si Baleares con un 100% de ocupación triplica en tasa de paro a otros países con la misma ocupación es porque el sector lo está haciendo muy mal. 

Lástima que no sea presidente de la CEOE, o ministro de empleo, porque seguro que podríamos afrontar las reformas estructurales que este país necesita. Crecer por la vía de la calidad, de la innovación y el empleo decente y no de la explotación de las "hienas" que nos gobiernan. Antonio Catalán, con buen criterio, afirma hoy que en lugar de recibir Rajoy a las Kellys, mejor que derogue la Reforma Laboral.


 

lunes, 7 de noviembre de 2016

"Pan para hoy" y Plan de Empleo Social de Extremadura






Aún recuerdo como el PP de Extremadura, a través de su consejera y del propio Monago, desechaban la idea del Plan de Empleo Social cuando llegaron a la más alta cota de desempleo en Extremadura con un 34% de tasa de paro, con el brillante argumento de que era una estrategia equivocada que solo significaba "pan para hoy y hambre para mañana".  En paralelo, pretendían inventar la pólvora con su exaltación del emprendimiento como tabla de salvación en un contexto económico de economía real en estado catatónico, provocado por sus medidas austericidas, y que una vez realizada la evaluación de esos cuatro años nefastos, nos da como resultado más falsos autónomos o negocios que han cerrado antes de finalizar el año. En definitiva, ni pan para hoy, ni futuro para mañana.

Sobre una realidad basada en las necesidades perentorias de las familias empobrecidas, en aumento, durante el cuatrienio del Gobex Monago, los sindicatos mayoritarios de la comunidad autónoma plantearon, una vez más, al nuevo gobierno del Presidente Vara, la urgente necesidad de atender a aquellas personas que, cronificadas en el paro, habían perdido todos los derechos de prestaciones por desempleo, asumiendo la Junta, en su primer año de gobierno, esta prioridad con una convocatoria que cuenta con los esfuerzos financieros de Junta y Diputaciones. Le faltó tiempo a los alcaldes con mayor población de la región, con gobierno popular, para mancomunarse en un frente contra este Plan Social de Empleo que al final, afortunadamente, encuentra solo la beligerancia de la alcaldesa de Cáceres.

La estrategia era insostenible y puede que el sentido común aderezado con pudor de algunos Ayuntamientos como el de Plasencia, que ha conseguido situar a la ciudad en la mayor cota histórica de desempleo, desaconsejaba intentar explicar lo que no tiene explicación; pasar de 4697 desempleados en octubre de 2011 a 5031 en octubre de 2016, contando el empleo generado por el empleo publico subvencionado. No tiene mucho sentido, en el caso de Cáceres, tener 9950 personas en paro en el mes de octubre último y pretender echar un pulso más político que otra cosa a la Junta. Sobre todo porque no parecen muy eficaces sus políticas en creación de empleo, pues en octubre de 2011 había 10311 personas en paro. La resultante, como gobierno municipal, es desoladora.  

Hoy, el escudero y portavoz de Ciudadanos, en Cáceres, apela a que este Plan es un "dardo envenenado para los ayuntamientos grandes" pues les pone en un brete. La solución es evidente; o apuestan por cofinanciar con un tercio, los 97 puestos de trabajo con una temporalidad de seis meses o rechazan el ofrecimiento que les hace Junta y Diputación a través del Plan de Empleo Social de ayudar aportando los otros dos tercios. Nadie les obliga. 

La idea que no debemos olvidar es que no solo es un empleo de seis meses, además introduce, de nuevo, en el circuito de prestaciones por desempleo a aquellas personas que las agotaron en su momento, entre otras cosas porque el PP de Rajoy, endureció las condiciones para poder optar a las mismas. Pues ya sabemos que la prioridad y la "responsabilidad" era asumir como Estado los costes de las perdidas de la Banca.

Y si, es "pan para hoy", o acaso no lo son los empleos que ha generado una reforma laboral que desvaloriza el trabajo. Claro que "pan para hoy", porque mañana con el Gobierno de Rajoy, vienen nuevos recortes. Y si, es insuficiente, pero necesario. 


miércoles, 2 de noviembre de 2016

¡Es el miedo!





Nos prenguntamos cada día qué es lo que ha pasado para vivir esta "sin razón" institucional en la que premiamos a nuestros antagonistas; donde "cualquiera" puede ser presidente de EE.UU. Al final, creo que estaremos de acuerdo en que una razón puede ser el miedo. El miedo, que unas veces provoca la huida, la agresividad o la amenaza, y puede que en el caso de nuestro país, haya sido la parálisis generalizada y la indefensión aprendida.

El neurobiólogo y científico social, Gernot Ernest da una explicación neurocientífica al rodillo de los populismos en multitud de países, argumentada por la mágica utilización de la simplificación de las ideas y de las imágenes. No hay mejor programa que utilizar el miedo social, adoptando un papel patriarcal directivo y propiciando que tú asumas, como individuo, un rol infantil permanente que necesita de un patriarca que nos guíe, aunque sea en la dirección equivocada

Para amplificar el miedo es necesario crear un enemigo y una vez estigmatizado, basta la reproducción sistemática de un mensaje comprensible y muy elemental; por ejemplo, "los desempleados viven de nuestro esfuerzo y no trabajan porque no quieren". Ya tenemos el "chivo expiatorio" al que criminalizar y con el que poder justificar medidas que de otra forma serían incomprensibles.


Evidentemente, en un mundo saturado de información; las más de las veces sesgada, cargada de opiniones al servicio de lobbies, la confusión está servida, y así el papel que le toca a las izquierdas es realmente complicado. Analizar, segmentar el mensaje, justificar con argumentos, rebatir la simplificación, y dotarse de canales de contra réplica es francamente complicado, porque requiere un esfuerzo para el emisor y sobre todo para un auditorio que, ante tanto ruido, suele "comprar" mensajes sencillos para tener una comprensión rápida de lo que pasa. Así, podemos justificar nuestra inacción, y evitar la disonancia cognitiva entre nuestras creencias y cómo percibimos la realidad. O dicho de otra forma, utilizando la fuerza significante de una pintada ácrata: "te están meando y te es más cómodo creer que está lloviendo".

El miedo es teledirigido a nuestras emociones y desde ese momento, aplicar la razón es una estrategia inteligente para cortocircuitarlo, pero eso también requiere aprendizaje. Aprendizaje para "desaprender" todos los miedos que vamos sumando en nuestra vida, en la familia, en la escuela o en el trabajo: miedo al "hombre del saco", al suspenso, al desamor, al despido, a la culpa, a la desaprobación o a la perdida de pertenencia al grupo. El miedo sumativo que interiorizamos a través de nuestra socialización, es posible racionalizarlo y vencerlo también a través de la organización social: sindicatos, plataformas, experiencias colaborativas y autogestionadas que empoderan a trabajadores, mujeres, estudiantes..., que conforman la calidad de vertebración de la sociedad y su mejor herramienta de resistencia. 

Pero al parecer, en un mundo de búsqueda de gratificaciones urgentes en lo individual, donde los valores son fluctuantes según los intereses coyunturales, es incompatible con la gestión del conflicto que supone crecer, que supone dar respuestas colectivas que implican cesión y concesión solidaria de tus espacios, y requiere de esfuerzos personales continuados, sistemáticos y referenciados a otros valores que no se evaporen ni se licuen con el sol que más calienta. 

Cuenta Salvador de Madariaga en su obra "España", que un cacique andaluz, en 1931, se dirigió a un jornalero con unos duros para comprarle el voto y este le contestó: "En mi hambre mando yo". El miedo puede vencerse. La oscuridad da menos miedo si nos organizamos para transitar la noche.  


Artículos relacionados en mi blog: 

"La doctrina del shock de Friedman y la Indefensión aprendida de Seligman".  


http://canchales.blogspot.com.es/2016/06/la-doctrina-del-shock-de-friedman-y-la.html