viernes, 6 de mayo de 2016

De Alburquerque a Marvao





Para llegar a Marvao, si puedes hazlo pasando previamente por Alburquerque y alcanza la cima del inexpugnable Castillo de Luna, que explica las guerras froterizas con Portugal y sin duda uno de los castillos más importantes de la Raya. Desde lo alto se intuye San Vicente de Alcántara, Valencia de Alcántara y Marvao; todo ello en una explosión de centenarios alcornocales y granito que envuelven estas poblaciones en un espectáculo de la naturaleza.  


El origen latino de su nombre, Albus quercus, significa 'encina blanca' o bien, el nombre de origen árabe, Abu-al-Qurq, que significa 'país de los alcornoques', no es una exageración. 

 

Un recorrido por la Sierra de San Pedro te mostrará la riqueza de estos árboles que no abandonarás hasta Marvao, aunque antes, alójate en la Estación de ferrocarril de Beira, que es la expresión de lo que un día significó este punto ferroviario y aduanero hasta que murió, por inanición, con la injusta desaparición del mítico "Lusitania" en 2011. La estación tiene unas interesantes cerámicas con escenas de pescadores en Nararet o monumentos de Evorao de Lisboa como la Torre de Belem.

 Sus estancias es puro tren de madera, de cuando aquellos románticos vagones y máquinas de carbón, en la que no faltan suelos hidráulicos, artesonado cálido, fotos de la inauguración del ramal a Cáceres en 1880, clavos, faros, gorras de jefe de estación, relojes u objetos de latón...que te sumergen en aquella época. 
 
Solo el salón central del edificio, donde un día estuvo ubicada la cantina, merece saborear un tinto alenteyano mirando el fuego de la chimenea y oyendo el silencio obligado de los raíles. 


A pocos kilómetros, álzate hasta Marvao y recorre calles del pasado, sube las escaleras de su muralla, descubre un paisaje amplio y lejano con visión sobre los trescientos sesenta grados que la rodean y tómate unos pescaditos frescos con un blanco como el "Muralha de Monçao", en el  Restaurante Varanda, con un mirador  bien logrado.


Punto estratégico, refugio y atalaya con romanos y árabes, ha vivido todo tipo de guerras pasando por la reconquista, guerra de la restauración de la independencia, de sucesión de España, de los siete años, de las naranjas o de las liberales. 
 
Y a la vuelta, por Valencia de Alcántara, hazte una ruta por los monumentos megalíticos de la zona, visitando los de Zafra, en dirección a Cáceres o los Mellizos, dirección a Portugal, te desvías a Aceña de la Borrega. Al terminar la jornada, visita y come en "Ca Emilio", donde seguro comerás de casero y probar la mejor tortilla de patata del mundo entero.
 

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