domingo, 31 de marzo de 2013

Campamento "Dignidad": Territorio conquistado


Cada día que me acerco a la Catedral de Plasencia a ver a los compañeros y compañeras del "Campamento Dignidad", veo gente digna, con la conciencia de clase que durante tanto tiempo muchos han olvidado. Con una disciplina nacida del compromiso que les ha llevado a organizarse como colectivo autogestionado donde el desempeño de las tareas individuales son esenciales para que pueda crecer y gestionarse el grupo.  
Pueden estar orgullosos de la lección que están dando porque era necesario que alguien pasara a un estadio donde se visualizara la realidad invisible de cada una de las 5.911 personas que están desempleadas en Plasencia y de los 174.000 en Extremadura. Alguien reflexionaba sobre dónde estaban los otros "parados", aquellos que no estaban movilizados, los que no mostraban ningún gesto de identificación con su lucha. ¿Estaban en el sofá, derrotados, tal vez avergozados de sentirse parados y por lo tanto no queriendo admitir su situación?. Una explicación académica nos la puede ofrecer el psicólogo, Martin Seligman, con su teoría sobre la "Indefensión aprendida"; tecnicismo referido a la condición de un organismo vivo que ha aprendido y que ha sido inducido a comportarse pasivamente, sin dar ningún tipo de respuestas ante peligros o perdida de bien estar, sin responder a pesar de que siempre existen oportunidades para ser sujeto activo de la historia. 
Todos los días, los de arriba, fomentan estrategias y escenarios donde el resultado de nuestras críticas, de nuestras denuncias y esfuerzos movilizadores resulten inútiles, induciéndonos sistemáticamente a la frustración al experimentar, que se haga lo que se haga, el destino está más que decidido por los planificadores de la estafa.
Por eso, independientemente del éxito real que tenga esta reivindicación con los acampados, creo que ya han conseguido lo más importante, desactivar la indiferencia, aunar el esfuerzo, compartir la lluvia y el frio, la risa o el desanimo, la  indolencia de los otros, pero también compartir el sueño de otra sociedad y sobre todo explorar los estimulantes territorios de la RESISTENCIA, forjando los vínculos necesarios para organizar la rabia y mantener la aspiración de alcanzar una prudente felicidad, imaginando que otro mundo es posible y desaprendiendo mediante la acción, la solidaridad y el compromiso colectivo, el sentimiento de la indefensión aprendida. 
Con mi boina, me descubro ante las Acampadas de Mérida y Plasencia, y de todas aquellas que surjan, porque la libertad y los derechos nunca fueron por nadie regalados, siempre han sido conquistados.
 
 

1 comentario:

  1. Me ha encantado todo lo que he leido, desde la primera palabra a la última...Subrayo la palabra Dignidad y releo la última frase :
    Con mi boina, me descubro ante las Acampadas de Mérida y Plasencia, y de todas aquellas que surjan, porque la libertad y los derechos nunca fueron por nadie regalados, siempre han sido conquistados...Chapeau...

    ResponderEliminar